En la casa de La del sobrenombre extraño (35), Como las que tienen pétalos y espinas (21) y ella toman mate.
La del sobrenombre extraño: Mari, ¿te acordás de esa vez que fuimos a visitarlos a tu casa con los nenes? Yo me quedé con la sensación... No sé... Yo sentí que vos le tenías miedo a él, como si te pegara.
Como las que tienen pétalos y espinas: (no dice nada, pero mira a su hermana como si recién acabara de descubrir algo, como si de pronto le vinieran los recuerdos que tanto había negado para poder seguir)
La del sobrenombre extraño: No dije nada porque pensé que no podía ser... Yo me acuerdo que vos hacías todo sin estar relajada, como si no quisieras disgustarlo por nada. Por ahí era porque lo tenías muy idealizado, pero siempre me quedó eso, esa sensación de "¿Y si es así?"
4 comentarios:
Terrible situación para las dos hermanas. Para una más que otra, claro. Pienso en qué haría yo si le pasase a una de mis Gemelas.
Sk
La idealización es una de las pocas cosas que logra que nos convirtamos en mártires de otros.
Pedazo de verdad has dicho, Reptile.
Basta una mirada para entenderlo todo, aunque a veces nos equivocamos. Esos errores (que a veces cometemos) siembran dudas que cuestionan todos nuestros prejuicios.
A seguir intentando.
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